Jacinda Ardern tenía solo 37 años cuando se convirtió en Primera Ministra de Nueva Zelanda. En un mundo obsesionado con el crecimiento económico, ella propuso algo radical: medir el éxito del gobierno no por el PIB (Producto Interno Bruto), sino por el bienestar de su gente. Lo que vino después fue histórico. Con su enfoque firme y compasivo, lanzó el primer Presupuesto del Bienestar del mundo. Esta es la historia de una joven líder que cambió las reglas del juego político con una idea tan simple como poderosa: cuidar a las personas es una decisión fiscal.
El backstage del éxito
En 2019, Ardern presentó el Wellbeing Budget, un plan nacional que rompió moldes: por primera vez, todos los ministerios debían justificar su gasto en función de cómo contribuía al bienestar de la población. Ya no bastaba con crecer económicamente, había que crecer humanamente.
La estrategia fue precisa. Se definieron cinco prioridades basadas en evidencia: salud mental, bienestar infantil, reducción de desigualdades entre maoríes y no maoríes, economía sostenible y adaptación digital. A partir de ahí, se alinearon los fondos: NZ$1.9 mil millones para salud mental, NZ$320 millones para combatir la violencia familiar, NZ$1.000 millones para niños y familias vulnerables.
Ardern sabía que sería criticada. Pero tenía una ventaja: preparó el escenario con cifras, consultó con expertos y usó una narrativa clara. “No se trata solo de hacer dinero, sino de hacer vida”, dijo su ministro de Finanzas. La frase dio la vuelta al mundo. Así, con convicción y método, Jacinda transformó el presupuesto en una herramienta de empatía.
Aprendizaje
¿Qué puedes aprender de Jacinda?
- Redefine qué significa “éxito”: No aceptes las métricas que heredas. Crea las tuyas según lo que importa de verdad.
- Conecta datos con emociones: Jacinda no solo mostró cifras, contó historias: de niños, de familias, de comunidades. Eso generó apoyo real.
- Sé audaz pero metódico: El Presupuesto del Bienestar no fue improvisado. Fue planificado, respaldado por evidencia y con prioridades claras.
- Anticipa críticas y respóndelas con visión: Jacinda sabía que el FMI y los mercados mirarían raro. Pero lo enfrentó con firmeza: “Lo fiscalmente responsable es invertir en lo social”.
- Haz del cuidado una política pública: Mostrar empatía no es debilidad. Es estrategia de largo plazo.
Empieza por preguntarte: ¿Tu proyecto mejora vidas? Si la respuesta es sí, tienes derecho a defenderlo con pasión y datos.
Conclusión
Jacinda Ardern no solo gobernó un país. Reformuló la conversación global sobre cómo y por qué gastamos dinero público. Su historia no es solo de política, sino de propósito. Tú también puedes liderar con empatía y transformar sistemas desde adentro.